No trates de inventar sino de encontrar”.
Cuando escribas siempre empieza por un nombre.
¡Dime un nombre y te contaré una historia!

JRR Tolkien

jueves, 12 de junio de 2008

Las Estrellas y los Planetas del Firmamento de Arda II


Los Planetas del Firmamento de Arda:

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Elemmíre (del Kwenya ‘Joya estelar’).

Es uno de los astros mencionados en El Silmarillion cuando Varda rehace las estrellas.

No es muy segura su identidad, aunque probablemente se trate del planeta Mercurio, o de una estrella similar. A Mercurio siempre se le ve muy brillante justo antes de la salida del Sol o justo después de su puesta, pues es el planeta más cercano al astro rey, y por ello sólo se le ve cerca del mismo (al este u oeste, depende si es salida o puesta).

El planeta Mercurio, justo sobre el horizonte:
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Eärendil (del Kwenya ‘Amante del mar’, también llamada en Sindarin Gil-Estel, ‘Estrella de la Esperanza’).

Personaliza al planeta Venus (es el objeto más brillante del cielo, luego del Sol y la Luna, se le ve hasta unas dos horas antes de la salida del Sol al este o dos horas después de su puesta al oeste, ya que también es un planeta cercano al astro rey). Tolkien cometió un desliz en este aspecto respecto a Eärendil, asociado a que él le daba al oeste el significado de las Tierras Benditas, por ello en El Silmarillion, se menciona que se le ve cerca de la salida o puesta del Sol (como Venus), pero siempre hacia Aman, es decir, siempre hacia el oeste. (Cosa que no es cierta para Venus, si se le ve en la salida del Sol, se le ve por el este, en la salida del Sol no se puede ver a Venus en el oeste, pues el planeta está tan cercano al Sol que sería imposible que eso sucediera, lo mismo si se le llega a ver en la puesta, no se puede ver a Venus en el este.)
Tolkien admitió que el llamar a Eärendil la estrella de la esperanza no era idea suya, sino que la tomó de una antigua homilía anglosajona, que hablaba de Juan el Bautista como una ‘estrella que anuncia la esperanza en la madrugada, antes del amanecer’ (refiriéndose a Venus antes del Sol, como Juan el Bautista antes de Jesús).

Venus, El Lucero del Alba:
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El planeta Venus, arriba a la izquierda y Mercurio, sobre el horizonte, entre las nubes :
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Carnil (del Kwenya ‘Brillo rojo’).

Es uno de los astros mencionados en El Silmarillion cuando Varda rehace las estrellas.

Probablemente se trate del planeta Marte (que es de color rojo), de los astros más brillantes del cielo, o una estrella aparte.

El planeta Marte:
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Alcarinquë (del Kwenya ‘Glorioso’).

Es uno de los astros mencionados en El Silmarillion cuando Varda rehace las estrellas.

Probablemente se trate del planeta Júpiter, de los objetos más brillantes en el cielo, o una estrella independiente.

También llamada Silindo (en desuso, del Léxico Kwenya) y Morwen (en desuso, del Léxico Kwenya, ‘Hija de la oscuridad’).

Marte y Júpiter sobre el cielo nocturno:
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Castor y Pollux (de Gemini) en la parte superior. Júpiter y Venus en la parte inferior :
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Lumbar (del Kwenya ‘Hogar de la sombra’).

Es uno de los astros mencionados en El Silmarillion cuando Varda rehace las estrellas.

Probablemente se trate del planeta Saturno, o una estrella. Como con Elemmíre, hay dudas respecto a su identidad, en este caso, debido a que Saturno no siempre es un astro muy brillante.

El planeta Saturno:
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Júpiter, Saturno y Las Pléyades, en la constelación de Tauro:
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El Sol Y La Luna:
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Anar
(Kwenya, en Sindarin es Anor, también llamada Naira y por los Noldor Vása).

El Sol (para los Elfos es femenino, pues representa al último fruto del árbol dorado Laurelin, que era tratado en femenino). El último fruto de Laurelin es llevado por Arien, una Maia de fuego con ojos brillantes que admiraba al árbol antes de ser muerto por Morgoth y Ungoliant. Originalmente, el plan de Varda era que el Sol saliera por el oeste y se ocultara por el este, y así sucedió la primera ocasión, cuando los Hombres despertaron en la primera salida del Sol en Hildorien, pero luego de su primer puesta, los sirvientes de Ulmo la retuvieron consigo, admirados por su luz, e hicieron que el Sol saliera ahora por el este y se metiera por el oeste. Varda entonces decidió que así debía ser desde entonces, y que la Luna (que también venía haciendo un movimiento oeste-este desde que salió, antes del Sol), debía hacer lo mismo.

Otros términos relacionados: Ur, Uri o Urwen (en desuso, del Léxico Kwenya): el Sol; Urinki (en desuso, del Léxico Kwenya): la esfera Solar o la salida y puesta del Sol.

El amanecer del Sol, visto desde las montañas:
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Isil (Kwenya, en Sindarin es Ithil, llamado por los Noldor Rána).

La Luna (para los Elfos es masculino, pues representa la última hoja del árbol Telperion, que era tratado en masculino). La última flor de Telperion es llevada por Tilion, un Maia de Oromë que admiraba Telperion antes de ser muerto por Morgoth y Ungoliant. Antes que el Sol, salió la Luna, y cuando lo hizo, los Noldor que cruzaban el Helcaraxë terminaron su travesía y tocaron sus trompetas en señal de triunfo y también de reto contra Morgoth, mientras gritaban y tocaban a las puertas de Thangorodrim, las torres que guardaban Angband. Después de que la Luna salió y se puso siete veces, salió por fin el Sol, cuando los Hombres despertaron en Hildorien. En El Silmarillion también se dice que el plan de Varda era que en el cielo estuviera Anar y al ponerse que estuviera Isil, para que la luz en el cielo también se alternara como antaño era la luz de los Árboles; pero Tilion estaba maravillado por la luz de Anar y Arien, y se sentía
siempre atraído hacia ella, y empezó a desviarse de su ruta y a retrasarse, acercándose al Sol, pero por su luz y calor, se provocaban sombras y quemaduras en Isil (de esta manera se explican las fases lunares y el hecho de que a veces se ve en el cielo al Sol y la Luna a la vez). Igualmente, a veces llegaba a estar tan cerca del Sol que lo tapaba completamente, dejando Arda en sombras (explicando así los eclipses). Varda se preocupó por todo esto, pero por intercesión de Irmo y Estë, Valar de los sueños y el descanso, que decían que estando Arda llena de luz ya no habría momentos de descanso, y también para que sus estrellas se volvieran a ver en todo su esplendor sin luz que no las dejara ver, Varda decidió dejar a la Luna y el Sol en los movimientos que a la fecha tienen (explicando así también el hecho de que hay noches en que no sale la Luna). En parte, por todas estas alteraciones es que se puede decir que se explican también cosas como el hecho de que un año solar no dura 365 días exactos, sino con una fracción extra, al igual que los días no duran 24 horas exactas. Los cráteres de la Luna se explican por una primera guerra que hizo Melkor contra estos astros una vez que salieron, pues su luz era un completo reto a su poder, y Melkor envió a sus criaturas a herirlos, cosa que lograron contra la Luna, pero no pudieron contra el Sol (aunque de hecho las manchas solares podrían explicarse así también).

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En otra historia alternativa (que aparece en El Anillo de Morgoth), la Luna era antes parte de la Tierra, y Melkor la arrancó de ella como parte de la guerra que tenía con los Valar al crear el mundo, mucho antes de que Yavanna creara la vida animal o vegetal en ella. Así, la Luna fue para Melkor una burla de la Tierra, donde vivía circundando a la misma y vigilándola, pero los Valar lo expulsaron de ahí, y quedó el astro en ese lugar, muy frío a veces, infernal otras, vacío, gris y sin vida (una descripción muy real de la superficie lunar). En esta historia también se habla de cómo Melkor hirió al Sol y la Luna, provocando los eclipses, e hiriendo estrellas provocando las lluvias de estrellas (todo lo que es una versión distinta de la forma en que se narra el origen de estos fenómenos en El Silmarillion).

Un eclipse de Sol:
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Un eclipse de Luna:
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Pero esta historia, además de que no quedó al final plasmada en El Silmarillion, no está muy completa respecto a todo lo demás, aunque respondiera mejor a cuestiones como una Tierra redonda desde el inicio, como parece que Tolkien quiso plasmar alguna vez en su historia.


La teoría de la fisión de la Luna, la cual planteaba que la Luna pudo haberse originado a partir de un desprendimiento de La Tierra, a comienzos del sistema solar, se encontraba muy de moda en la época en que Tolkien escribió algunas de sus historias:
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Lluvia de estrellas:
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Entre otras cosas interesantes que involucran a la Luna en la obra de Tolkien, está el hecho de que él mismo, cuando escribió varios pasajes de El Señor De Los Anillos, lo hizo pensando en sincronizar varios de los eventos con fases lunares: el ejemplo más claro está al entrar y salir de Lórien, los Hobbits notan que el aspecto de la Luna es el mismo, como si no hubieran pasado ni un día en Lórien, y luego les aclaran que aunque esa es la ‘magia’ del lugar, la verdad es que estuvieron todo un mes (lunar) ahí, y las notas de Tolkien (en La Traición de Isengard, explicadas por su hijo) contienen las anotaciones respecto a las fases de la Luna respectivas que debían existir en cada parte del viaje de la compañía. Otro ejemplo está en la Luna llena que tanto Frodo y Sam ven en Ithilien, como Pippin también en Minas Tirith, y el esfuerzo que el autor tuvo que poner para sincronizar los eventos de acuerdo a las fases lunares, o el relato de El Hobbit, también basado en fases lunares para algunos pasajes.

Las distintas fases de la Luna:
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Otros términos relacionados: Ku (tal vez en desuso, del Léxico Kwenya): la Luna creciente; Silmo (en desuso, del Léxico Kwenya): la Luna; Silmarinko (en desuso, del Léxico Kwenya): la esfera lunar.

Otras Definiciones

Ilmen

El lugar en Arda donde se encuentran las estrellas y los astros (incluidos Anar e Isil), y donde estos se mueven. El firmamento, la bóveda celeste, para nosotros.

Imágenes del firmamento nocturno:
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Anglachel (del Sindarin, ‘Hierro de Estrella Llameante’)

La espada de Túrin, que cuando fue reforjada en Nargothrond se renombró Gurthang, pertenecía originalmente a Thingol, rey de Doriath. A él se la había regalado antes Eöl, el elfo oscuro del bosque de Nan Elmoth, quien había forjado antaño dos espadas: Anglachel y Anguirel. Se dice que fueron hechas de material caído del cielo (es decir, tuvieron que ser forjadas con material de meteoros que cayeron a la Tierra). Así como Anglachel fue regalada a Thingol, Anguirel se la llevó Maeglin a Gondolin, y el la usaba en adelante.

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Írimon Tar-Meneldur (también llamado Elentirmo ‘Observador de las Estrellas’, de joven tomó el apodo de Meneldur por su amor a las estrellas)

Según los Cuentos Inconclusos (Aldarion y Erendis), es el quinto rey de Númenor, hijo de Tar-Elendil. De joven, antes de ser nombrado rey por su padre, solía ir a la punta norte de la isla de Númenor (Forostar) para observar, estudiar y admirar los astros y las estrellas. Cuando su padre lo nombró rey, Meneldur, obedientemente, se retiró a la capital del reino para dirigir el país, al contrario de su hijo, Tar-Aldarion, sexto rey de Númenor, que de joven se apasionó por el mar, pero nunca lo dejó de visitar, aunque eso sí, Meneldur nunca dejó de añorar las estrellas.

Hay muchos nombres de personajes, objetos y lugares en la Tierra Media, basados en objetos astronómicos, por ejemplo: Isildur y su hermano Anárion (por Isil y Anar, la Luna y el Sol), Ithilien y Anorien (por Ithil y Anor, la Luna y el Sol), Minas Ithil y Minas Anor (las torres de la Luna y el Sol de Gondor, posteriormente llamadas Minas Morgul y Minas Tirith respectivamente), Elrond (‘Bóveda de las Estrellas’, nombre puesto a este personaje por su madre Elwing, en memoria de la ‘Bóveda de las Estrellas’ de Menegroth, la ciudad de Thingol donde Melian creó la bóveda de la sala del trono del rey en Doriath en la Primera Edad con gemas, imitando las estrellas del cielo). Arwen, llamada Undómiel, que significa ‘Estrella de la Tarde’. Gilraen, madre de Aragorn, que significa ‘Estrella Vagabunda’. Gil-galad ‘Estrella de Resplandor’, el último y más grande rey de los Noldor en el exilio en la Tierra Media, entre muchos otros. También está el Ithildin (del Sindarin ‘Estrella Lunar’), creado por los Noldor del mithril, y era un material que típicamente se usaba en puertas u otros objetos que se buscaba estuvieran ocultos, y tenían la propiedad de reflejar la luz de la Luna una vez que alguien pasaba la mano por ellos.

Ithildin en las puertas de Moria:
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No debe confundirse el Ithildin con las ‘letras lunares’ de El Hobbit, una tinta especial creada por los enanos, y que tenía la propiedad de ser invisible hasta que fuera leída bajo la luz del mismo tipo de Luna de la misma época del año en que hayan sido escritas.

Por último, otra cosa que se relaciona con la astronomía en la Tierra Media son los calendarios y la forma de medir el tiempo por los distintos pueblos y en distintas épocas de las historias, aunque eso es parte de otra historia, muy distinta y diferente.



Fuentes:
El Señor de los Anillos
El Silmarillion
Los Cuentos Inconclusos
Léxico Kwenya
En la red:
El Fenómeno
Astronomical Objects in Middle-Earth, del Mellonath Daeron
The Astronomy of Middle-Earth:
Kristine Larsen, Ph.D. Professor of Physics and Astronomy CCSU
Middle-Earth Astronomy

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